El grano tiene 3% más proteínas y 172% más hierro que el normal y se servirá en
almuerzos de los 72 comedores escolares del municipio, a los que asisten niños
en condición de vulnerabilidad y desnutrición.
El fríjol biofortificado es
cultivado por pequeños agricultores de la vereda Gallinetas, corregimiento de
Villa Germania -ubicado en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa
Marta- quienes venden su producción a la Alcaldía Municipal, en el marco del
programa de Seguridad Alimentaria.
“Los aprendices son muy comprometidos y laboran con disciplina. Los
recomendaríamos a otros agricultores porque hacen un excelente trabajo”,
dijo Camilo Díaz, representante de los productores.
En el empaque y control de
calidad del producto participan aprendices del Centro Biotecnológico del
Caribe, de la articulación SENA-MEN del programa técnico en Procesamiento de
Leche y sus Derivados, de la institución educativa La Esperanza, en el
desarrollo de su etapa productiva.
“La experiencia ha
sido gratificante; hemos aprendido sobre la inocuidad del espacio para
trabajar, manejo de máquinas selladoras, entre otros conocimientos que nos
servirán para nuestro futuro laboral”,
dijo el aprendiz Wilson David Arias Clavijo.
Por su parte, Jorge Luis Herrera Araujo, asesor de política
seguridad alimentaria y nutricional de la Alcaldía de Valledupar, explicó que
el proceso engrana a distintas entidades y aumentará los niveles nutricionales
de los estudiantes y su rendimiento académico.
Con la mano de obra calificada
del SENA se asegura la rentabilidad a los cultivadores, quienes deben competir
con ofertas de otros departamentos y fortalece las competencias en
empaquetamiento de los jóvenes.